Abinader siguió la misma tradición de todos los presidentes que se han juramentado desde 1978 hasta la fecha, los cuales dijeron que combatirán la corrupción y le hicieron advertencia a los nuevos funcionarios
En su discurso se le olvidó el aumento de sueldo que prometió a los policías y guardias
El presidente Luis Abinader advirtió hoy, al igual que Antonio Guzmán, Leonel, Hipólito y Danilo que en el gobierno que inicia hoy, no se permitirá, bajo ningún concepto, que la corrupción del pasado quede impune y que el robó el dinero del pueblo, tiene necesariamente que pagar en la justicia por sus actos y que para muestra de eso el primer decreto que firmará es el de la procuradora general independiente Miriam Germán.
El jefe del estado al igual que Salvador, Balaguer y Danilo hizo la advertencia a los nuevos funcionarios que les acompañarán en el gobierno del cambio, de que no va a tolerar ningún acto de indelicadeza y mucho menos de corrupción en su gestión.
En su discurso ante la Asamblea Nacional, Abinader como si plagiara a Medina sostuvo que el funcionario se equivoque con el dinero del pueblo, será inmediatamente destituido y puesto a disposición de la justicia.
“Estamos convencidos de que la corrupción de arriba incentiva la de abajo, que es la delincuencia, que se traduce en inseguridad. Y ambas tienen que ser combatidas sin tregua”, acotó Abinader en su discurso.
Sostuvo que nadie se confunda, de que en su gobierno que no habrá impunidad para la corrupción del pasado, ni tampoco para la que se cometa en el futuro.
“Estoy comprometido con el pueblo dominicano, con mi familia y con la memoria de mi padre a encabezar un gobierno trasparente y ético, donde el dinero del pueblo se maneje con total y absoluta pulcritud”, enfatizó.
Indicó que una democracia de calidad, a las puertas de la tercera década del siglo XXI, requiere una rendición de cuentas vertical y que esto supone un sistema de frenos y contrapesos entre los poderes del Estado, para que ninguno prevalezca sobre otro.
Expresó que el gobierno debe estar sometido a una fiscalización ciudadana permanente y transparente. Eso también es democracia y no sólo la emisión puntual de la expresión ciudadana que representa el depositar una boleta en una urna cada cuatro años.
“Un reconocimiento pleno de los derechos fundamentales de la ciudadanía exige también la existencia de un régimen justo de consecuencias para aquellos que violen la Ley, sin ningún tipo de privilegio o impunidad, y de una distribución socialmente equitativa de los frutos del crecimiento económico y de la riqueza nacional”, precisó.