Por Josefina Fernández
Canadá, los países nórdicos y las principales potencias europeas pueden permitirse promover la igualdad en sus gobiernos locales en lo que respecta a los puestos de toma de decisiones. Esto se debe a que en estos países, las mujeres han alcanzado niveles significativos de desarrollo científico y han aprendido a manejar la inteligencia emocional. Además, han abordado eficazmente las cuestiones relacionadas con la bipolaridad. Sin embargo, al seleccionar a candidatos para posiciones de liderazgo, estos países basan sus evaluaciones en el desempeño en inteligencia emocional y competencias específicas para el cargo.
Es importante destacar que la igualdad laboral no radica en tener un gobierno donde la mitad de los empleados sean mujeres y la otra mitad hombres. La verdadera igualdad implica que todas las personas tengan igualdad de oportunidades, independientemente de su género o edad.
Personalmente, creo en brindar oportunidades tanto a los jóvenes como a las mujeres, pero nunca a expensas de sacrificar la eficiencia gerencial. La experiencia laboral es un activo invaluable que no debe pasarse por alto en la gestión efectiva de un gobierno.
Existen jóvenes talentosos que pueden ocupar cargos de alto nivel con más eficacia que personas de mayor edad, y mujeres que sobresalen en sus roles mejor que los hombres. Por lo tanto, la clave para un buen liderazgo no radica en equilibrar la representación de género o la edad, sino en seleccionar a la persona idónea para el puesto.
Los cargos del poder ejecutivo que requieren interactuar con actores de otros poderes demandan inteligencia emocional, serenidad, diplomacia, experiencia, tacto y, sobre todo, la incapacidad de mentir al presidente. Cuando un presidente nombra a un joven sin experiencia como jefe de los demas tecnicos solo para cumplir con cuotas de género o juventud, esto puede resultar en discriminación y afectar negativamente al gobierno. Personas con 40 o 50 años de edad y experiencia merecen respeto y consideración, ya que han dedicado su juventud a prepararse para sus roles y no deben ser subestimados por individuos jóvenes y prepotentes que carecen de la experiencia necesaria.
Otorgar el cargo más alto a un joven inexperto solo por su edad o género, sin que haya escalado los niveles naturales, es equivalente a jugar a la ruleta rusa. El gobierno puede o no sobrevivir esta decisión arriesgada.
Como mujer y madre de cuatro hijos, entiendo la importancia de otorgar responsabilidades de manera gradual y permitir que las personas avancen según su desempeño. Los rangos militares son un ejemplo claro de cómo se estructura la jerarquía en el mundo, y ningún país serio designa a un ministro de defensa sin una base sólida de experiencia, independientemente de su género o edad.
Los gobiernos, tanto nacionales como locales, deben recordar que la igualdad de género significa brindar igualdad de oportunidades para todos, sin importar su sexo. Buscar un equilibrio de género en una nómina puede comprometer la eficiencia gerencial y dañar el ambiente laboral en lugar de mejorarlos