El pueblo dio voto de castigo a la prepotencia gubernamental
EL TSUNAMI POLÍTICO DEL 5 DE JULIO
Por Juan López
Con la preocupación de contagiarse del COVID-19, más del 55 % de los ciudadanos acudió a las urnas para cumplir con su deber cívico, democrático y patriótico, el pasado 5 de julio.
El proceso electoral terminó con un verdadero tsunami político que tendrá amplias y fuertes repercusiones en las estructuras y funcionamiento de la mayoría de nuestros partidos políticos.
En este tsunami político se expresó la clase media a través del “voto reflexivo” y del “voto útil”, que recibieron la adición del “voto de castigo” contra el hastío de los 16 años de gobierno peledeista.
El “voto de castigo” se incrementó cuando se desestimó la reiterada sugerencia de practicar y preservar la “unidad en la diversidad peledeista” para colocar un muro contra la división del partido que estaban motorizando la intolerancia, la arrogancia, el sectarismo y la prepotencia predominantes en el accionar de la cúpula gubernamental.
El amplio clientelismo asistencialista que se implementó para conquistar el “voto de agradecimiento” de los sectores sociales beneficiarios resultó insuficiente. Solo tuvo relativo éxito en las provincias más pobres del país.
Lo anterior se visualiza en el triunfo, en primera vuelta, del bloque opositor PRM-Abinader que fue contundente con 52.52 % Vs. el 37.46 % del bloque oficialista PLD-Gonzalo, más la barrida a nivel congresual porque el PLD tenía 29 senadores y ahora sólo podría llegar a 6, nominalmente.
De 124 diputados, el PLD quedaría por debajo de 70. Perdió todas las diputaciones de ultramar que tenía y su representación en el PARLACEN bajará de 13 a 6 legisladores.
La voluntad popular se manifestó para desalojar al PLD del poder ejecutivo y del control legislativo. Similar situación aconteció en las elecciones municipales que, de 107 alcaldías perdieron 60 gobiernos locales.
Sin lugar a dudas, los resultados de las elecciones municipales, congresuales y presidenciales se convirtieron en un tsunami político y preocupante pesadilla para la dirigencia peledeista que, orgullosamente, venía exhibiendo hegemonía política como consecuencia de sus anteriores seis triunfos consecutivos de los años 2004, 2006, 2008, 2010, 2012 y 2016.
¿Cuál será la lectura peledeista ante este mensaje que el pueblo dominicano le envió través de estas votaciones, tsunami político para esa organización? ¿Qué pasará en el PLD a partir de estos aleccionadores resultados? ¿Cómo reaccionarán los miembros de los Comités de Base, Intermedios, Municipales y Provinciales? ¿Cuáles serán las “justificaciones” que argumentarán el Comité Político y su principal líder?
Más temprano que tarde, rodarán varias cabezas de la cúpula dirigente del PLD. No obstante, la prudente evaluación crítica, autocrítica y objetiva ante y durante el próximo IX congreso que, en el 2021, tendrá que realizar el PLD, será el parámetro para definir el “imprevisible futuro” del PLD.
También el tsunami político del 5 de julio llegó a los predios del PRD, PRSC, AP y en la mayoría de los partidos pequeños:
Hasta los pasados comicios municipales, el PRD tenía 30 alcaldías. Ahora tiene 3. Seguirá ausente en el Senado y tendría solo 3 diputados. También perderá los diversos altos gubernamentales que un grupo de sus dirigentes estaba disfrutando.
Era un partido “mayoritario” con 5.6 % de las elecciones del 2016, ahora se reduce a un pírrico 2.76 % para convertirse en un partido minoritario. Las confrontaciones internas que se vaticina cuando su disminuida membresía empiece a cuestionar a su anquilosada dirigencia, le pronostican un futuro incierto.
La situación del PRSC es todavía peor: de un 5.89 % heredado del 2016, ahora bajará a insignificante 1.78 %. Su presencia en los gobiernos locales y en el congreso se reduce a su mínima expresión: 3 alcaldes y 3 diputados.
En reacción a esos resultados, ya empezó la lucha política interna en el PRSC con la “expulsión sumaria por alta traición de 39 dirigentes”.
Alianza País (AP) que ya ha participado en cuatro elecciones, desde el 2008. En esta ocasión, el tsunami político lo disminuyó a una lastimera votación de 0.9 %.
Ante esos fiascos políticos, ¿se atreverá el sempiterno candidato presidencial de la AP a postularse en los comicios del 2024? ¿La dirigencia de la AP será capaz de hacer una autoevaluación crítica y transparente de su accionar político?
En cuanto al bloque FP-Leonel es pertinente reflexionar ante estas interrogantes: ¿Llenaron sus expectativas políticas con el 8.90 % y la representación congresual que obtuvieron? ¿Implementarán una política de oposición o de alianza ante el nuevo gobierno? ¿Cuáles serán las principales actividades y estrategias políticas que gestionará la dirigencia de la FP para crecer, cuantitativa y cualitativamente, en el escenario político dominicano?
Daremos atentos seguimientos a los acontecimientos políticos que se continuarán produciendo en la partidocracia dominicana como consecuencia directa del tsunami político del 5 de julio, el cual generará una necesaria y justa recomposición del escenario político nacional. ¡Ya lo veremos!
12 de julio del 2020.