Jóvenes también pueden morir por COVID-19
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Los jóvenes se reúnen en ríos, centros de bebidas con la confianza de que el coronavirus es una enfermedad que solo mata viejos y están jarto de los sermones de sus abuelos.
Ninguna edad está libre de presentar complicaciones y hasta de fallecer por Covid-19, advirtieron ayer dos especialistas de la investigación y la infectología, al señalar que con mucha frecuencia se reciben casos de personas jóvenes a quienes la enfermedad los obliga a ingresar en cuidados intensivos.
Los doctores Robert Paulino, investigador, y Carlos Rodríguez, infectólogo, miembros del Comité Científico de la Comisión de Gestión de Emergencia del COVID-19, reconocieron que inicialmente se cometió el error de llevar la falsa percepción a la población de que solamente los mayores de 60 años, los hipertensos, diabéticos o los que tenían enfermedad de base eran los más propensos a complicarse.
Actualmente se está viendo, explican, que el COVID-19 ataca a todas las edades, incluso niños, y que el mayor blanco en el país en estos momentos son los jóvenes, que son los de mayor actividad laboral, pero también social, en lugares de expendio de comida y bebidas, sin mascarilla ni distanciamiento.
Los más afectados
Explicaron que más del 50 por ciento de los casos positivos son personas con edades entre los 25 a 50 años, con tendencia a entre los 35 y 40 años de edad, lo que significa que la gente en etapa productiva es la que se está infectando, y evidencia que se han bajado los cuidados preventivos ante la falsa creencia de que ya pasó.
Paulino, quien dirige el Instituto de Medicina Tropical & Salud Global de la Universidad Iberoamericana (Unibe), y Rodríguez, infectólogo del hospital Central de las Fuerzas Armadas y el Instituto del Cáncer, participaron como invitados en “Cita con el COVID”, dentro de la iniciativa “Toque de las 9” de Listín Diario. El encuentro fue conducido por el director del periódico, Miguel Franjul.
Señalaron que, además de la actividad política, otro aspecto son los lugares de expendio de comida y bebidas, así como gimnasios abiertos donde se reúne mucha gente joven, además de iglesias donde las personas cantan y expulsan gotas de saliva. A lo que se suma que la gente bajó la guardia frente a las acciones preventivas.
Los automedicado.
Los especialistas advirtieron también sobre el riesgo de la automedicación en que está incurriendo una gran parte de la población. Señalan que más del 50% de los pacientes que van a los centros de salud han tomado “cosas” y en el área de la salud más del 80% comenzó a tomar cosas preventivas lo que generó falsa confianza en el personal y relajamiento de las medidas de protección.
Señalan que muchas personas están tomando medicamentos por cuenta propia creyendo que está haciendo prevención o tratándose síntomas está dando como resultado que los pacientes están llegando más tarde y más graves a los centros de salud, porque están confiando en que están resolviendo su problema.
Rodríguez dijo que lo que se ve hasta el momento es que todo el que llega al centro de salud ha estado tomando cosas, sea por cuenta propia, por un audio que escucho, por telemedicina, porque el vecino le dijo, o alguien popularizó un esquema de manejo de profilaxis o tratamiento.
Asimismo,Paulino dijo que el incremento de personas que buscan prueba de COVID ha aumentado entre un 50 a 60 por ciento, con una gran movilidad y flujo de transmisión comunitaria y carga viral, donde el mayor alimento de la pandemia está en el Gran Santo Domingo y San Cristóbal.
Educación y conciencia ciudadana
Para el doctor Rodríguez la lucha y esfuerzos que se están haciendo y que haga cualquier comisión o autoridades, no serán suficientes si la población no asume una responsabilidad personal e individual.
“La verdad es que la población está siendo negligente, no está respetando el distanciamiento, las medidas de higiene y uso de mascarillas están prácticamente inexistentes y eso en ningún lugar del mundo va a dar resultado aunque se haga lo que se haga”, indicó.
Entiende que si se quiere que el sistema no colapse y frenar la propagación, la población debe cooperar, porque se trata de educación y conciencia ciudadana.
La desescalada
El doctor Paulino señala que no hay una respuesta correcta para saber si era oportuna la desescalada o no, porque hay que ver diferentes elementos, entre ellos los socioculturales, y
que al coincidir con el proceso electoral, el Estado de Emergencia concluía ahí. “Diría que desde el punto de vista epidemiológico quizás no, pero desde el social, sí”, añadió.
Precisó que ya no se está en ninguna fase, pero que el ejercicio de respuesta ante un aumento de la demanda, se hizo, con cálculos de diferentes escenarios de demanda, pero que una cosa es lo que se pone en marcha y otra lo que se puede hacer sobre todo cuando los países pobres “se pelean” con las grandes potencias.
Considera que en este momento, pasada la marea electoral, elegidas ya las nuevas autoridades, se debe ir definiendo fortalecer las medidas de control, pero en el entendido de que los resultados dependen de la conciencia ciudadana de respuesta a las medidas.
En opinión de Rodríguez es cuestión que las personas entiendan que deben asumir su autocuidado, porque el virus persistirá por mucho tiempo.
Qué hacer
-Los especialistas entienden que lo fundamental es poner en marcha campañas educativas que estén recordando constantemente a las personas cómo se contagian y como evitarlo, así como hacerles ver que el COVID ya no es un problema del hipertenso, diabético o mayores de 60 años, sino que es de toda la población.
Además hay muchos jóvenes, agregan, obesos o que consumen cigarrillos electrónicos y hookah que ocasionan cierto daño a nivel del pulmón.
-A los pacientes aconsejan no quedarse en casa automedicandose, y que en el momento en que presenten cierta dificultad respiratoria, una fiebre prolongada, dolor de pecho, dolor de cabeza prolongado, cansancio o fatiga, ir de inmediato al médico, porque la enfermedad puede involucrar a toda la economía humana.
-Ser cuidadosos en el mensaje que se da a la comunidad para que sepan cómo prevenir, porque lo fundamental es educación y cambio de comportamiento.
-Reforzamiento de las intervenciones por provincias o pueblos dependiendo del comportamiento de la epidemia y no hacer soluciones generales como país.
Aumentar la capacidad de diagnóstico y manejo en las provincias para que no se colapsen las grandes ciudades.