La influencia de Panamá en el poeta Manuel Jiménez
Por Ramón Peralta
En una noche en que el alcalde Manuel Jiménez regresaba a su hogar, Tras una jornada de música y enseñanza en el liceo Capotillo, sin parar. Encendió la radio y por vez primera, desde adulto, lloró con emoción, El evento que le conmovió, llenándole de orgullo y devoción.
Era la firma del tratado Torrijos Carter, que a Panamá devolvería el canal, Un acontecimiento que despertó en su alma un sentimiento celestial. Admiración por el líder panameño, idolatrado por Bosch, Peña Gómez y más, Los jóvenes progresistas también reconocieron su valía y su audaz compás.
Este amor por su pueblo, en Manuel Jiménez se fortaleció aún más, Como cantautor de causas sociales, sus letras reflejaban la misma verdad, Un sello de coincidencia con el ídolo panameño de la salsa, Rubén Blades, Ambos promotores del amor, la paz y las luchas justas, sin escapar destellos de realidades.
Manuel Jiménez, amante del deporte, disfrutaba de Mariano Rivera lanzando, Entre guitarra y canciones, deleitaba con las peleas de Roberto «Mano de Piedra» Durán, El mejor boxeador latino de la historia, cuyas victorias los dominicanos celebraban, Como propias, enalteciendo el espíritu de la hermandad que ambos países anhelaban.
Este admirador del pueblo panameño y del general Torrijos se siente honrado, Sumamente orgulloso de que en su municipio la embajada panameña haya autorizado, El develamiento de una estatua gigante en honor a ese gran hombre, Símbolo del coraje latinoamericano, que trasciende fronteras y renueva el alma del hombre.
Manuel Jiménez, un patriota democrático y honrado, Se ha propuesto rescatar la historia dominicana y latinoamericana, consagrado, Cada parque y monumento de su ciudad narrará las gestas pasadas, Santo Domingo Este y su alcalde agradecen la distinción de Panamá, marcada.
Elegir esta ciudad para honrar al general Omar Torrijos, Es un honor que perpetuará en cada rincón, con profundo gozo. Manuel Jiménez, poeta y cantautor, encuentra inspiración en cada canción, La melodía de Beethoven, la rima de Bécquer, la poesía fluida de Machado y Neruda, derroche de erotismo en su expresión.
Con su pluma y su voz, Manuel Jiménez deja huella y legado, Uniendo a Latinoamérica en cada verso, sin fronteras ni pecado. Su poesía lleva consigo el espíritu de la unión y la hermandad, Celebremos su arte y su amor por nuestra tierra, con admiración y felicidad.