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La montaña parió una mosca.

Por Nelia Rodriguez.

Con dos votos llega a su nuevo partido  y le lleva   un saco de problemas,

A escasos meses de que el nuevo gobierno asumiera el poder, la dirección del partido se percató de que un diputado solo asistía a las sesiones los días en los que el partido en el poder requería su voto o su presencia para aprobar préstamos. Comenzó la dirigencia a desconfiar de él. Además, su programa se convirtió en una plataforma de elogios para las dos mujeres más influyentes del gobierno, e incluso recibía preferencias en cuanto a la ayuda del plan social por encima de los diputados oficialistas.

Ante este comportamiento, se tomaron medidas para no invitarlo a reuniones internas en las que se tratarían asuntos delicados. Aunque este seudo diputado juraba lealtad al líder en innumerables ocasiones, todos sabíamos que se había unido al partido atraído por los beneficios del poder y que lo abandonaría por la misma razón.

En un caluroso jueves, las bocinas del gobierno anunciaron con gran alboroto que el señor en cuestión tomaría juramento al día siguiente en un club que en múltiples ocasiones dos diputados los habían llenado por sí solos. El presidente y la secretaría general del partido gobernante a nivel nacional decidieron movilizar a la agrupación.

Algunos diputados de dicha organización convocaron a su gente, y el alcalde del municipio anfitrión y la alcaldesa de la capital llegaron con un contingente de personas. Sin embargo, esta gran juramentación resultó ser una decepción, pues solo un dirigente de importancia abandonó junto a él ese anterior partido duro de matar. En sentido popular, la montaña parió una mosca.

Con esta juramentación, el partido gobernante suma dos votos a su favor, pero también miles de problemas debido al malestar interno que causaría esa llegada si se le reserva una candidatura a diputado en una demarcación donde el partido gobernante cuenta con los mejores candidatos a diputados.

Por último, es importante recordar que hasta la llegada de este señor en 2019, el PLD transitaba por un camino tranquilo en su pasaje a la reelección. Sin embargo, a partir de su funesta adhesión, los problemas comenzaron a surgir. No soy una persona supersticiosa, pero con ese fucú que llegó al gobierno, el alto costo de la vida, la multiplicación del desempleo, la caída de los servicios y los apagones en el 2024, los popis ¡E PA FUERA QUE VAN!

 

La autora es presidenta de un comite intermedio del PLD y precandidata a regidora de ese partido 

 

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