En la noche del 10 de diciembre, un brindis resuena,
Winston Báez, regidor, cumple años con alegría plena.
Solidario, amante del prójimo, con bondad divina,
En su esencia cristiana, una luz genuina.
La cena comunitaria, testigo de su bondad,
Amor al prójimo, cual melodía en su lealtad.
Rafael Castillo, diputado y amigo fiel,
Cantó desafinado, pero su corazón fue laurel.
En la noche fría, un político cristiano resplandece,
Temor a lo incorrecto, en su alma florece.
Winston, regidor honrado y honesto,
Sirve a su pueblo y a su dios con fervor honesto.
El tercer domingo de febrero, el voto es claro,
En la boleta morada, un alcalde preparado.
Pero en el verde, entre regidores destaca,
La cara de Winston, mi amigo, mi hermano, que siempre abraza.
Entre risas y abrazos, en ese acto solemne
, Mi voto se eleva, un gesto eterno y pleno
. Por Winston Báez, el mejor candidato
, En su honor, en su amistad, mi voto es su retrato.
Que esta alianza de amistad y fe,
Resuene en la boleta, como un lazo que crece
. Winston, en este verso de diciembre,
Eres mi amigo, mi hermano, mi voto siempre.