La Nochebuena del Jefe
Por Ramón Peralta
La mañana del 24 de diciembre, el miedo venció a las pastillas de dormir que dos horas ante se había tomado el amo con un té de hojas de tilo y manzanilla. El otrora poderoso señor despertó a la 4:04, aterrorizado por el temor de ser encerrado de manera injusta en una despreciable prisión. Con rabia observó que estaba completamente solo, su esposa dormía plácidamente en otra habitación. Ella no se divorciaba del compañero de toda una vida para disfrutar de cerca la caída del esposo que tantas veces le fue infiel.
El señor encendió la luz y tomó un lapicero y una libreta para descargar en el papel todo el resentimiento de su corazón contra una sociedad malvada y mal agradecida que lo perseguía. Encolerizado estrelló el bolígrafo contra la pared, porque en ese momento se acordó que había nacido sin talento para escribir.
A él nadie le había dado nada, ni siquiera Dios lo dotó al nacer de algún talento especial. En su niñez fue atormentado por el bullyng que le hacían en la escuela cuando tartamudeaba al explicar la clase.
En su adolescencia no fue un joven atlético ni buen mozo que deslumbraba a las chicas con físico, al contrario era una figura gris que a diferencia de sus hermanos, nació huérfano de belleza e inocente de gracia, pero a pesar de esas debilidades física, el resentido trabajo como hormiga en el arte de conquistar mujeres y en cada pueblo que pisó, logró conquistar a más de una dama.
En la universidad no fue brillante y los profesores a veces les ponían a otros estudiantes, las calificaciones que con gran esfuerzo se ganaba. Para graduarse se vio precisado a realizar algunos sacrificios éticos en la elaboración de su tesis de grado.
La frustración de recordar a un pueblo tan mal agradecido le hizo olvidar que ya eran las dos de la tardes y que no había desayunado. Se tomó par de tranquilizante y cuando iba a probar el primer bocado del día, llegó un colaborador con un rumor que le terminaría de dañar el día.
El amo preguntó -¿Dime que pasa?. El militar le respondió con un susurro al oído que apena se escuchaba, pero que retumbó como una bomba en el cerebro del rencoroso amo. –Señor tengo informaciones que vendrán esta noche.
A pesar de su depresión, el patrón no se rindió y empezó a llamar empresarios que él le había engordado su fortuna, pero ninguno respondió la llamada. A la 6 de la tarde se marchó el asistente después de 3 horas llamando a quienes 2 años atrás trataban a su jefe con más respeto y temor que un emperador romano.
Al quedar solo, entro a su habitación y reprendió a Dios por nunca estar a su lado. Ni siquiera en política había sido favorecido por ese supuesto todo poderoso lleno de misericordia para los pobres.
Con rabia miró hacia arriba y dijo ´´Nadie ha hecho más por los pobres de este que yo y sin embargo tú me abandona, o acaso tiene envidia de saber que un mortal como yo, puso más comida en la mesa de los desarropados de este país que tú.
Entró al lujoso baño de su habitación y con profundo dolor vio en el espejo como había envejecido tanto en apena dos años y mientras miraba su rostro recordó como había ascendido en la política.
Volvió a rememorar que nunca tuvo ayuda, que en la penúltima década del siglo pasado recorrió el país solucionando problemas internos y que con astucia fue haciendo relaciones primarias con aquellos que lo iban a proclamar heredero del trono, cuando el viejo tirara la toalla. En silencio fue construyendo de manera sutil pequeños grupos y cuando llegó el retiro del anciano, inicio un proceso de visitas a los dirigentes medios y en cada lugar le daban una puñalada cuando le informaban que el hombre que debía recibir la antorcha era el vago que hablaba bonito y escribía basura en el pasquín del partido.
A pesar de su rencor, se tragó el odio hacia el flojo que hablaba lindo. Con astucia se acercó al haragán fingiendo una leal amistad y su teatro fue tan fuerte que comenzó a trabajar día y noche para que ese despreciable intelectual de pacotilla llegara al poder.
El vago llegó al gobierno sin conocer a quien carajo debía designar y le otorgó ese poder a su amigo y colaborador más confiable, además no lo percibía como un futuro contrincante, ya que veía a su jefe de gabinete como una figura opaca y carente de carisma.
El amo rencoroso interrumpió sus memorias de gloria al recordar que esa noche era el día y a él no lo iban a encontrar en situación inapropiada para presentarse en público.
Se afeitó y se metió en la ducha caliente, al salir del baño ya tenía en mente el traje que se iba poner para la ocasión. Totalmente desnudo se sentó en la cama y se reclinó un poco a pensar que iba a decir cuando las cámaras de los periodistas enfocase su rostro, desde la salida de su hogar hacia el cadalso.
Había dormido solo dos horas en los últimos 3 día y sin darse cuenta se quedó dormido. Despertó a la 9:50 del 25 de diciembre y se encontró en su cama totalmente desnudo. Con profundo jubilo grito ´´Soy un ganador, dormí sin ropa el día de Nochebuena´´.
Se levantó hambriento y mientras devoraba un suculento desayuno, llamó emocionado a su asistente y le dijo ´´Prepárate que en dos años volvemos al poder ´´. Del otro lado del teléfono, la asistente hizo silencio y mientras empacaba la maleta le surgió la interrogante. ´´¿Me quedó con el jefe o me voy con el otro?´´