La otra cara del diputado

Por Ramón Peralta

 

Después que el padre desterró a José María, este dormía en cuevas, barracas, graneros y hacía los más duros trabajos para ganarse la vida y cuatro meses después de aquel fatídico día llegó tímidamente a la casa de su tía Juana, quien vivía en barrio de la parte alta de Santo Domingo.

Desde que entró a la vivienda, su tía lo bañó con jabón de creolina y le untó espíritu de canela para eliminarle un hongo que tenía en la cabeza, lo purgó y desparasitó con un producto natural.

Los vecinos  lo apreciaban por ser dinámico, simpático, servicial y trabajador, además de respetuoso resolvía los problemas eléctricos residenciales de  los vecinos, pero tenía la gran debilidad de no resistirse a los encantos de cualquier mujer sin    importar que en la dama los encantos estuvieran ausentes , lo que provocó que algunos jóvenes del sector lo apodaran como ´´él especialista en monstruo´´ , refiriéndose a que él podía sostener un  romance con cualquier mujer aunque fuera totalmente huérfana de belleza e inocente de gracia y en esa circunstancia conoció una señora  que por sus abundantes  kilos  y la ausencia de curvas en su cuerpo le llamaban ‘la neverita´´ ,

En poco tiempo el joven se había enamorado perdidamente de esa mujer casada, ella igualmente se sentía atraída por José María , pero el respeto a su marido no le permitía consumar la aventura con aquel joven que la tenía loca, incluso se vestía mejor, iba con más frecuencia al salón, además cuando a jugaba a Marte y Venus   con su marido, se imaginaba en los brazos del muchacho provocando en ella un éxtasis divino, al mismo tiempo su esposo se sentía más feliz, porque su compañera había cambiado de una señora fría y aburrida a una verdadera amante llena de vida y placer.

 

El joven no se sentía triste de no poseer a la mujer de su sueño, porque él era feliz con una sonrisa de ella y aunque físicamente no era suya, él podía poseerla cada noche sin tocarla.

 

La neverita esperaba todos los días las cartas de amor que él le entregaba cada mañana.

Para no perjudicar a su amada se cuidaba de no escribir el nombre de ella, inclusive se la dictaba a su prima Belkis para que no conocieran su letra, para que nadie supiera quien remitía ese mensaje, ni su prima sabía, quién era la afortunada.

Un buen día la neverita habló con su marido para que ayude a José María a conseguir un trabajo y Juan amablemente le entregó una solicitud al joven de la compañía donde era encargado de mantenimiento y le dijo – yo sé que usted es un joven serio y no me hará quedar mal, será la primera y última persona que recomiendo en esta empresa.

La prima con su bella letra llenó la solicitud provocando en José María un sentimiento de culpa, que lo llevó hacer su última carta de amor, porque debía respetar por siempre a ese hombre que le tendía su mano y como era su última epístola de amor no quiso concedérsela como lo hacía todos los días, que en dos segundos se la entregaba cuando ella pasaba por el frente de la bodega.

Ese día la citó en un lugar solitario y alejado. Cuando se vieron se abrazaron por varios minutos y entre lágrimas él le dijo – aunque nunca te he tocado soy quien más te ha querido y me hice dueño de esta frase que no es de mi autoría, porque la siento más mía que el primero que lo dijo.

Ella tomó la carta, pero no pudo terminar el primer párrafo, porque era una carta con tanto amor, que no podía haberla escrito alguien que comiera con sal.

Ella lloró de la emoción entre sus brazos, el sacó de su mochila una botella de vino con dos vasos y nunca se sabrá que pasó en las próximas dos horas que estuvieron juntos.

Al amanecer ella fue encontrada muerta en un solar a un kilómetro de su casa sin vestigio de violencia, el medico que levantó el cadáver dijo sin verla dijo que había muerto de un infarto.

La policía no encontró indicios de culpabilidad en el esposo, el suicidio fue descartado porque era una mujer feliz que amaba a su marido.

Los vecinos del pueblo, incluso los más chismosos afirmaron que fue una muerte accidental porque la noche anterior la vieron comiéndose un pedazo de queso que posiblemente tenía veneno para rata y el esposo a pesar de saber que su compañera no comía queso, aceptó las versiones de la comunidad para no buscarse problemas.

Cuando llegaron al cementerio la sobrina de aquella mujer que no vería jamás lloraba desconsoladamente. La joven que gritaba la ausencia de su tía tenia mirada putil, boca sensual, provocativa y resbaladiza. Angelita tenía un cuerpo divino de esos que rompen cualquier hogar por cristiano que el hombre que sea.

José María le tomo una mano, mientras expresaba palabras de alientos, ella lo abrazó fuertemente, disfrazando de dolor ese inmenso deseo que le provocaba ese negro de brazos fuertes y manos que la consolaban como agua tibia por su cuerpo.

A los 21 segundos ella supo que la pasión era reciproca, sentía como al hombre se le alteraba una parte de su cuerpo que revelaba su buena salud, un órgano que se alteraba desafiante en señal de que el pecado se había apoderado de su carne.

Abandonaron en silencio el grupo de viejas hipócritas que rezaban y daban testimonio de aquella difunta que nunca saludaron y encontraron un mausoleo con la puerta abierta y en 14 minutos los alaridos desesperado de su más profundas y bajas pasiones estremecieron los huesos de aquel difunto que esa tarde no pudo descansar en paz.

Después que profanaron el panteón de esa  importante figura, volvieron con las demás personas, que con lágrimas de cocodrilos le daban el último adiós a la desdichada mujer, cuyo cuerpo no terminaban de enterrar, la sobrina se unió de nuevo a la competencia de quien gritaba más el cadáver.

José María que se había acercado a la muchacha atraído por su fingido dolor, ya no quería ver a la mujer que minutos antes lo había llevado al paraíso, le repugnaba ver una mujer que acaba de usar.

Ella se colocó estratégicamente frente al hombre que le había mostrado el cielo y de repente le dio un ataque de llanto por la muerte de su tía arrojándose de costado sobre su nuevo amor, pero José María con disimulada agilidad se quitó y la joven cayó sobre un pedazo de barrilla que le perforó la espalda.

Ella calculó que la caída de su fingido ataque sería en los brazos del hombre que acababa de llevarla al cielo.

A la semana escuchó sin remordimiento, ni pena a su tía decirle a Belkis que la desdichada sobrina fue afectada por la barrilla en la columna vertebral y que no caminará jamás.

José María aprovechó que la tía salió para   la iglesia y se acercó a su prima para contarle su secreto

El titubeó y ella le dijo – primo dígame que le pasa, dígame lo que sientes. Y   él le respondió con una pregunta ¿prima usted no se ofende si le confieso algo malo? Y ella dijo – no primo dígamelo no tengas miedo. Él se acercó, pero las palabras no le salían y ella dijo –o sé cuál es el secreto que quieres decirme y él preguntó- ¿Cuál?

Ella afirmó -Yo sé para quien eran las cartas de amor, eran para mí, pero tú no tenías el valor para decírmelo y por eso me las dictaba.

El la besó tímidamente y le pidió perdón, pero ella le tomó la cara y lo besó apasionadamente, y se quitó los botones de su blusa, pero el ruido de la llave abriendo la puerta de la sala  anunciaba la llegada de su tío y fue suficiente para extinguir el fuego que tenían los jóvenes

A la dos de la madrugada José María no podía conciliar el sueño por los demonios que la lujuria había desatado en un beso de su prima y cuando se disponía ahogar esa pasión con la fuerza de su mano derecha, apareció la figura de Belkis, que a pesar de la oscuridad podía ver que debajo de esa bata tan fina no había más tela que una piel deseosa de ser explorada.

A los  tres  meses se le notaba el crecimiento del estómago a la prima   y el caso se solucionó casándose con el taxista aquel que la pretendía  y que tanto ella aborrecía.

José María  y su prima  nunca volvieron hablar.

Cuando empezó a ganar buen dinero se marchó en silencio de la casa de su tía y como agradecimiento jamás volvió  donde aquella señora que lo había acogido como un hijo.

En su empleo del gobierno le fue tan bien, que en dos años pasó de ayudante a maestro de empleados que tenían décadas en la empresa, gracias a su capacidad de mantener al tanto a los jefes del mínimo detalle de sus compañeros

Ante de cumplir tres años vio con profunda satisfacción como tiraban a la calle después de 26 años Al hombre que lo recomendó y como sustituía a ese viejo que creía que había que agradecerle por siempre ese empleo.

Al cumplir el cuarto año cambiaron al director que aglutinaba ese consorcio de empresas del gobierno y con gran astucia José María llegó donde el nuevo jefe  y le explicó los fraudes de los gerentes y la importancia de que sacara a esos corruptos de la institución.

José María le reveló al nuevo jefe que un hombre honrado podría hacerse millonario en ese alto cargo, sin necesidad de hacer lo mal hecho, y de inmediato fue ascendido como asistente y las personas de confianza que trajo el nuevo director fueron enviadas a la fuerza aérea.

El nuevo director no tenia movimientos en el brazo derecho, sin embargo, cogía lo ajeno como si tuviera cuatro manos, mientras que a José María le dejaba caer algunas migajas para que se entretuviera.

El periodo electoral no pintaba nada bueno y el director de las cuatro manos ayudó generosamente en la campaña y logró que en la casa de los trucos lo pusieran de primero en la lista de diputados de una provincia que solo había pasado cuando viajaba al sur del país.

El día que se vencía el plazo para   inscribir los candidatos, el director mandó a José María con un maletín a la casa de los trucos, para que camino al lugar le entregara al delegado político ese regalo de navidad anticipada, porque no quería sorpresa de que entre el trayecto de la Casa  de los Trucos a la JCE lo cambiaran de lugar en la lista

Llegando a la Junta Central Electoral José María le pasó al delegado el maletín mágico con su propia copia de  cedula y media hora después su nombre había sustituido al de su jefe  como primer diputado de la provincia más extensa de la nación.

José María como diputado asumió un discurso en contra la inmigración haitiana que se quedaba en el país, luego que pasaba la zafra azucarera y aunque nunca propuso un proyecto de ley se reeligió para su segundo mandato.

Su odio por los haitianos le ganaron simpatía en la extrema derecha de su partido.

En el segundo mandato su ego necesitaba ser satisfecho con un título universitario, pero su certificado de bachiller aparecía con errores en ambos nombres y sus dos apellidos.

Con una llamada a la Secretaría de Educación, que estaba dirigida por un partido diferente al que él representaba se resolvió el problema y en media hora tenía su título de bachiller en filosofía y letra   con su nombre correcto.

Se inscribió en una universidad privada de dudoso prestigio y con una funda mágica convenció al rector hacer la carrera sin tomar una clase. A los 3 años y 8 meses había terminado el pensum de su carrera, sin embargo, ante de la graduación fue cerrada la alta casa de estudio, pero un amigo consiguió una entrevista con el director de educación superior y gracias a un sobre con grasa pudo ver colgado su título de ingeniero industrial

El 16 de mayo la asistente de José   María le informó que no vio su nombre en la lista de diputados del DN, ese año le dijeron en la casa de los trucos que esa vez iba como candidato a diputado por la capital en el número 3, sin embargo, ese lugar estaba ocupado por su antiguo jefe, aquel que 8 años atrás había tumbado  en el puesto de diputado camino a la JCE.

El 18 de mayo un alto sacerdote con una pistola debajo de la sotana encabezó una comisión de mediocres para darle un golpe de estado electoral al turco.

Consumada la traición en contra del fumador, surgió la esperanza en el hombre que entregaría su cargo de diputado en 3 meses.

Cuando el diputado llegó a la casa de los trucos con una copia de su diploma de ingeniero industrial, la enana le informó que estaban haciendo la lista de futuros funcionarios.

El diputado llegó a su hogar después de 48 horas sin dormir cabildeando un puesto.

Dos  días antes de entregar su cargo de diputado contrató un maestro de idioma para recibir clases particulares y por coincidencia el hombre fuerte de la casa de los trucos lo visitó con un nombramiento y la invitación a la juramentación del nuevo presidente y al ver el maestro se abrazaron y le dijo a José María. – ingeniero usted eligió bien, porque él fue que enseño hablar inglés a mi hijo.

Cuando José María y el profesor se quedaron solo. – disculpé señor no vine con material para enseñar inglés. El diputado tragó en seco, por primera vez se veía en la obligación de revelar su lado oscuro, lo que nadie sabía de él, pero su voz se negaba a confesarle al maestro su gran secreto, no podía emitir palabras, no encontraba una manera simple de confesar que no sabía leer ni escribir.

 

-Diputado, diputado. La voz se escuchaba con fuerza y al mismo tiempo el sonido del timbre combinado con los toques en la puerta daba la sensación que una nueva música llamada dembow estaba naciendo.

El diputado abrió apresurado la puerta encontrando la sorpresa más desagradable de su vida -¿Qué carajo hace aquí?,. El hombre que le causó tan mala impresión al diputado tenía la boca completamente calva, su rostro evidenciaba el hambre y los trabajos que había pasado y sin perder el humor respondió con otra pregunta – ¿No te alegra de ver a tu padre?

  • Se te olvida que subiste a tu hijo en una guagua y lo echaste de la casa
  • Mi hijo lo hice para salvarte la vida, el pueblo quería tu cabeza por lo que le hiciste a doña Gloria

El diputado se enfureció y le dijo – no mencione eso,  agarra estos 50 pesos y desaparece de mi vista. El anciano rechazó las diez papeletas con la cara de Mella y le dijo -no vengo por dinero, solo vine a darte un consejo en la nueva etapa de tu vida y te juro que no volveré a molestarte.

El diputado sonrió y le dijo al padre -sí darme el consejo te alejará para siempre de mí, entonces hablas.

Con voz amorosa el padre le dijo -Sí quieres ser un hombre feliz olvida ese discurso xenófobo y racista, que la humildad engrandece y hace mas feliz y te explicaré la razón.

Hace casi 4 décadas una mujer cruzó la frontera con un niño de apena un año e intento hablar con un limpiabotas, pero la recién llegada no sabia nada de español, ni el limpiabotas creole, luego apareció otro haitiano, que sirvió de interprete.

Le ofrecieron al limpiabotas 10 pesos para que lo diera dentro de la oficialía y otro 20 para él cuando saliera

El limpiabotas entro con el niño y lo declaró como hijo suyo y con los diez pesos la secretaria le agregó como madre del niño   un nombre de mujer dominicana.

A la salida del lugar los haitianos habían desaparecido y el limpiabotas sonrió por el regalo más grande que Dios le podía dar, ahora estaba orgulloso de tener a su hijo José María Ogando Montero.

El ex diputado no asimiló la sorprendente  noticia   y  de  la manera más   infame liquidó el secreto de su nacionalidad

Esa noche salió en su vehículo rumbo  a la costa.  Frente al mar  miró con una sonrisa victoriosa como se hundía el pesado saco. Sabía que nadie notará la ausencia de un limpiabotas

 

 

 

 

Glosario de frases desconocida

Casa de los trucos= vivienda de un ex presidente en la Máximo Gómez 25.

La lista= Hasta 1998 los diputados del DN y provincias grandes eran electo por arrastre en un lista y quienes tenían número más bajito tenían más posibilidad. El voto preferencial debutó en el 2002

Maletín mágico = un bolso o una pequeña maleta con dinero para sobornos.

Comisión de mediocres= la comisión de notables  encabezada por el cardenal que el presidente de esa época nombró para que diera ganador al candidato de otro partido contrario al suyo

 

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