La unión de la familia y comunidad en víspera de la tormenta

Por Josefina Fernández

El anuncio de la tormenta Fiona es un motivo para reflexionar sobre las dimensiones del amor al prójimo y la solidaridad. En momentos como este es que Jehovás nuestro señor pone a prueba nuestra empatía con las los vecinos más vulnerables y nuestro compromiso comunitario.

El acercamiento de un fenómeno peligroso es la mejor oportunidad de unir con más fuerza los lazos familiares y que cada miembro aporte su granito de arena en el fortalecimiento del hogar, ya que en la amenaza de un peligro foráneo solo se combate con familia monolíticamente responsable.

Los miembros de un hogar que actúan monolíticamente son los más propenso  a salir airoso frente a cualquier adversidad, en todo hogar, la mujer que ayude a su madre o su padre no debe hacerlo a espalda del esposo y viceversa.

Con los vecinos que es la familia más cercana se debe concientizar de no sacar basura en víspera de la tormenta  y organizar los objetos que tengan en los patios a los fines de que no se conviertan en arma de muerte cuando pase el huracán.

No comprar de manera compulsiva y buscar las cosas necesaria e imprescindible para una o dos semanas de alimentos que no necesiten refrigeración.

Los miembros de la junta de vecinos, que son todos los ciudadanos del barrio deben investigar si a su alrededor vive algún anciano solo en condiciones de vulnerabilidad y darle entre todo auxilio a los fines de que pase la tormenta en un ambiente seguro.

Lo mas importante en esto momento es servir a los demás sin esperar nada cambio y escoger  el amor y la solidaridad como nuestra arma y escudo protector que preserve la vida y bienes de todos los dominicanos

 

 

 

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