Fuente Listín Diario
JUAN F. PUELLO HERRERA
asistente@puelloherrera.com
Recuerdo siendo niño apenas con cinco años mi padre fue trasladado como Fiscal a Puerto Plata teniendo que hospedarnos provisionalmente en un hotel cerca del parque hasta conseguir la familia una casa en alquiler para fijar residencia. No olvido, que mientras desempacaban sus ajuares me escapé, yendo a parar a un teatro (Cine) que estaba al lado del parque al que pude entrar sin problema diciendo que era hijo del Fiscal.
No pueden imaginar la preocupación de mis padres buscándome por todo el pueblo, hasta que me encontraron sentado viendo una película sobre un barco que se hundía, donde los primeros en abandonar la nave eran las ratas, siendo el capitán el último en abandonarla.
Estas imágenes quedaron grabadas en mi memoria y sirvieron para darme cuenta de que hay personas que tienen la “habilidad” de emprender convenientemente la huida cuando las circunstancias no le favorecen.
Sobre el particular, una amiga contaba el caso de gente que laboró para ella por veinte años con salarios y comisiones bastante jugosas, sin embargo, al menor atisbo de una supuesta e inesperada crisis económica tomaron el camino fácil de los roedores.
Esto sucede en todos los ámbitos, en donde hay gente con ideales y otros que su actitud es igual que la de las ratas, salen por los orificios más grandes abiertos procurando que el hundimiento sea más rápido, demostrando que su único interés era su propio beneficio, por tanto, debemos identificar estas ratas, sus motivos y las vías utilizadas, para no engañarnos con quiénes estamos tratando en cada circunstancia de