Las voces críticas en el crecimiento de los partidos políticos

Por Ramón Peralta

La historia ha mostrado que los partidos políticos no crecen sin voces disidentes,  que los fanáticos  no contribuyen al crecimiento de las organizaciones  políticas y cuando tienen algún puesto de mando dentro del partido se convierten en elementos  repelentes, entre la sociedad y el partido

El  grupo   de Norge Botello estuvo involucrado en serias contradicciones con el líder del partido morado, sin embargo fue determinante en el ascenso al poder del PLD.

Esas relaciones primarias que mantuvo Norge con Balaguer luego del fraude colosal de  1990 facilitó  4 años más tarde el pacto por  la democracia  y que en 1996 los archirrivales Bosch y Balaguer le levantaran la mano a un joven llamado Leonel Fernández.

No se puede confundir voces críticas con divisionistas que prefieren que gane el enemigo como sucedió   con el PRD en el año 1986, que el presidente Jorge Blanco maniobró en contra del candidato de su partido

Las voces críticas son aquellas que se levantan dentro de los partidos para recordarle al líder o a su dirección política que hay ojos y voces dispuestas a denunciar cualquier exceso.

Los partidos con 30 y 40 años que se mantienen pequeñitos, tienen en común un líder que es ley batuta y constitución ( Vincho, Wessin, Guillermo Moreno, Max Puig)

El PRD desde su fundación tenía contradicciones, Juan Bosch era el líder, pero  enfrentó disidentes como Silfa, Miolan, luego con el liderazgo de Peña Gómez  creció llenos de contradicciones internas.

Hoy es una minúscula bisagra bajo la dirección omnipotente de Miguel Vargas, sin embargo, su hijo el PRM se llevó dos polos que fueron Hipólito y Abinader, lo cual obligó a esos dos líderes a no dormirse en sus laureles y crecer dentro de la diversidad.

Solo lideres dotados de condiciones excepcionales pueden llevar un partido al poder  sin voces disidentes de importancia, pero deben  hacer grandes sacrificios éticos y tirar al zafacón cualquier formación moral.

El Balaguer de los 12 años tenía condiciones excepcionales de orador, conocimientos del estado, sin embargo para mantenerse en el poder  se vio obligado a llenarse las manos de sangre y propiciar fraudes  electorales

El Balaguer de los 10 años no podía gobernar con sangre y se mantuvo en el poder gracias a voces disidentes  como Jacinto Peynado  y otros que servían de filtros para detestar errores a tiempo y al final sumar a quienes no estaban de acuerdo con el líder .

Ahora en el siglo XXI  es imposible que un partido pueda sobrevivir diciéndole a su militancia que emita las críticas en una reunión de su organismo.

Cuando  la dirección política de un partido político  se burla de  su militancia, diciéndole que vamos a renovarnos y al final deja al mando a quienes debieron jubilar  y sube par de vasallos de los dinosaurio del sanedrín,  es una muestra de  falta de respeto a quienes han dado su vida por esa organización política.

En las renovaciones hay ascenso dentro de la línea de mando, una organización que no respete a sus oficiales de carrera y no sea cuestionada por su militancia, estaría firmando su condena social en el lugar que más duele, que es en la urna de votación

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