Dentro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), un grupo interno ha enterrado la ética política y ha utilizado durante años la práctica del miedo para dominar la estructura del partido desde el gobierno. Durante el gobierno de 1996 a 2000, el poderoso secretario de la presidencia creó una estructura política a través de su influencia para nombrar directores, cónsules, vicecónsules, así como para recomendar secretarios de estado y embajadores. Además, tenía la capacidad de obstaculizar la carrera de aquellos que no se unían a su estructura. Cualquiera que temiera perder un buen cargo debía doblegarse ante el jefe de este grupo.
El presidente Leonel cometió el error de delegar demasiado en su amigo durante sus primeros seis años de gobierno, sin darse cuenta de que permitía la creación de un monstruo demasiado grande. En la primera oportunidad que tuvo, este monstruo desató toda su envidia acumulada y trajo al país a un reconocido narcotraficante para manchar la figura que lo llevó a la presidencia.
Ante la imposibilidad de cambiar la constitución para reelegirse, debido a una llamada de Pompeo, el presidente decidió utilizar todos los recursos para impedir que el líder que garantizaba la continuidad del partido morado en el poder fuera candidato. En medio de todo esto, escogió a un candidato con dificultades y retrasos mentales. Premeditadamente, se le puso un apodo despectivo a este candidato, ya que no se permitiría que un subalterno llegara a la presidencia y se convirtiera en su jefe. Para mayor burla, copiaron el eslogan de Bukele «nuevas ideas» para referirse a un candidato que no podía expresar ideas.
En esa situación, algunos no pudieron soportarlo y abandonaron el partido junto con el líder. Otros, apegados a la marca de tres letras, sufrieron en silencio viendo cómo un dictador manejaba la organización política. Después de la salida del líder, el dictador nombró como presidente de ese partido, en plena campaña electoral, al único acusado de Odebrecht que había confesado en el tribunal haber recibido dinero de esa compañía.
En febrero de 2020, las elecciones municipales se suspendieron debido a un problema con el voto electrónico y se pospusieron para marzo. En ese momento, el presidente títere de ese partido hizo declaraciones desafortunadas que encendieron la ira del pueblo en la plaza de la bandera.
Después de la derrota en las elecciones municipales de marzo, el dueño del partido criticó a los desafortunados delegados del partido y los culpó por los errores que ellos cometieron como cúpula partidaria y hasta insinuó que eran afeminados.
Luego de la derrota presidencial, miles de dirigentes medios y bajos del partido renunciaron. Algunos fanáticos de ese partido acusaron con todos los epítetos del mundo a aquellos que se fueron de una organización política cuya cúpula había traicionado a su militancia. Personas con más de 30 años de militancia abandonaron esa organización sin importarles que los chantajistas les llamaran malagradecidos, ya que ese partido les dio empleos a muchos de los que se fueron, empleos que se ganaron con sudor. Sin embargo, olvidaron que esos ex compañeros se fueron con el líder que los llevó al poder y les proporcionó empleos y una mejor vida a todos, incluyendo a aquellos que se quedaron en el viejo partido.
Muchos de nosotros seguimos en el viejo partido con la esperanza de que en el congreso se cambiaran las autoridades y la cúpula hiciera una autocrítica, pero son tan bárbaros que todos se reeligen con el fraude electrónico de San Souci.
Después de esa aberración, otros grupos salimos convencidos de que el partido patriótico al cual le dimos nuestra juventud había quedado sepultado en el vientre de un tiburón podrido.
Otros continuaron dentro de la sigla del viejo partido, aunque en el fondo de su corazón consideraban al líder que ahora viste de verde como su verdadero guía. Es por eso que, en el día de la consulta de ese partido, votaron por el hombre que consideraban más cercano al líder verde, con la esperanza de que este candidato buscara la vicepresidencia con el hombre que lo había puesto a ganar en todas las elecciones.
La base que se queda en el viejo partido también vota en la consulta por aquel que representa una alternativa diferente a los deseos de esa cúpula, que había sido promovido por la mujer que había traicionado al líder. Otra razón por la cual la base elige en la consulta al santiaguero es porque le veían carácter para enfrentarse al dueño del partido y no dejarse manipular.
La base que votó en la consulta ahora está esperando el mes de febrero, ya que resulta que el candidato que eligieron se ha convertido en títere del dueño del partido, se ha vuelto prepotente y se ha alejado del líder que lo hizo fiscal, diputado, presidente de la cámara de diputados, alcalde y candidato presidencial del partido en contra del dueño que no lo quería.
Ante este panorama, se espera que en febrero la Fuerza del Pueblo gane más alcaldes y regidores que el viejo partido, aunque este último tenga más nombres, ya que el pueblo no votará por una sigla desacreditada y en desbandada.
¿Qué le ha pasado quienes han traicionado al líder? El rencoroso y su familia perdieron su carrera política, la señora que el líder se quedó sin futuro político y el otro…. Esperemos
La mayoría de aquellos que aún tienen compromisos con algún candidato alcalde de ese partido están esperando que pase febrero para irse en masa a la Fuerza del Pueblo y dejarle el viejo partido al dueño y a dos o tres fanáticos que en mayo no alcanzarán más del 12 % de los votos y tal vez no tengan incidencia para influir en la segunda vuelta entre Leonel y Abinader.
Los peledeistas en el 2024 estan obligado a perder el miedo y luchar por el poder en el nuevo partido creado por quien lo llevó al gobierno, porque si lo atrapa el miedo y se quedan al lado del verdugo quedaran excluidos del Estado y de todos los estamentos morales y éticos de la sociedad