Por Nicole Peralta
La caída de mi primer diente de leche coincidió con mi asistencia a la primera actividad de política de Manuel Jiménez, meses después era una niña que me sabía que iba a decir el candidato a diputado en cada discurso que daba en los barrios de Los Mina.
Como niña aprendí a observar que cuando en medio del discurso echaba el rostro hacia atrás, hacía una pausa y luego decía una frase en un tono más alto.
En los últimos años le he dado seguimiento desde la distancia y con el tiempo aprendí que era un idealista, un soñador peligroso
¿Para quienes es peligroso?
Manuel Jiménez es un soñador persistente y las personas tenaces son un peligro para sus adversarios y cuando un idealista es al mismo tiempo perseverante, convierte lo imposible en realidad.
En el 2015, el PLD gozaba de la mayor popularidad de toda su historia política, Danilo Medina era el presidente más popular del continente y Juancito el alcalde más querido del país, sin embargo fue desafiado a lo interno por un diputado llamado Manuel Jiménez.
Después de los acuerdos Leonel-Danilo, todos los legisladores y alcaldes fueron reservados por el CP y Jiménez despreció repetir como diputado y desde un diminuto partido desafió al PLD, su éxito fue tan grande que superó en votos al PRM, principal partido de oposición y al día de hoy nadie convence a sus fanáticos de que el ganador de aquella época fue Alfredo Martínez.
En los días post electorales, su gran desempeño político se vio opacado por una huelga de hambre que le deterioró la salud, mientras su colega Dío Astacio aumentó 4 libras en esa peligrosa protesta
Cuando todos pensaban que estaba liquidado, comenzó de cero a trabajar como la hormiga y buscando un contenido que lo conecte de nuevo con esos votantes que había perdido, hasta que le lanzaron una bola suave, llamada parada de autobuses del Parque del Este y sin pensarlo dio tremendo jonrón con ese tema político, que le regalaron los adversarios.
En marzo del 2020 fue a la urna con ejército de perremeistas, peledeistas, leonelistas e independientes, quienes le dieron una victoria aplastante y cuatro meses después, arrastró a miles de morados y leonelistas de SDE, a que votaran por el candidato presidencial de Manuel Jiménez.
Instalado en la alcaldía no contaba, que los regidores del PRM, tenían y tienen una cultura autodestructiva.
La guerra entre los regidores y el alcalde lo llevó a la lona y en esos días de turbulencias fue presionado por su partido a tal punto de que se le pasó la mano cancelando empleados responsables y cambiándolo por dirigentes zonales que responden a sus adversarios internos y que la mitas de ellos, no saben trabajar, ni le interesa aprender.
Cuando ya los regidores celebraban la caída del alcalde, apareció el tema del aumento de 22 mil pesos de viáticos, eso cayó tan mal en la población, que Jiménez emergió con tantas fuerzas, que ellos tuvieron que aprobarle un estado de urgencia ficticios, para comprar camiones y así calmar la ira de un municipio que lo tildaba de vagos, indolentes, negociantes y que supuestamente no aprobaban nada, sí no había una grasa de por medio.
Con la apuesta de sustituir las compañías recolectoras en la circunscripción II y otras medidas, sacará en breve tiempo el problema de la basura y podría dedicarse a realizar su sueño de ser percibido como el Antana Mockus de SDE.
Aun con su victoria frente a los regidores, le espera a lo interno de su partido, un trayecto con mas espinas, precipicios y fieras salvajes, que el mismísimo camino del averno y que aun para su perseverancia política le será difícil de superar