Por Isaura Estévez
En los corrillos del ayuntamiento, los empleados comentan en voz baja que por primera vez desde la fundación del palacio municipal, nadie se había atrevido a robar algún objeto dentro de un vehículo estacionado en el parqueo del ayuntamiento. Se robó una laptop de una empleada del ayuntamiento que estaba dentro de su vehículo estacionado en el parqueo del ayuntamiento.
Después del robo, los empleados comentan que se les pidió mantener silencio sobre el caso y no hablar con periodistas sobre ese tema, porque eso puede generar desconfianza en la población que acude a recibir servicios municipales. Ayer, otro sufrió pérdida y no quiso dar detalles por temor a perder su trabajo.
Empleados consultados temen que Ángela, la dueña de la computadora portátil, pueda perder su empleo por haber dado información del robo del que fue víctima. Muchos de los empleados entienden que ella debe hacer un buche de silencio y sacar su mejor sonrisa como si nada hubiera pasado y meterse en la boca un cucharon de gofio y olvidar ese incidente que con tanto celo guardan las actuales autoridades.