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Protestas en Estados Unidos se salen de control

«No puedo respirar» decía George Floyd mientras el policía mantenía la rodilla en su cuello.

La muerte de Floyd ha puesto al desnudo el racismo policial que en cada persona negra ve un perfil de delincuente.

La Casa Blanca apagó las luces del exterior, algo que no ocurría desde 1889, mientras la policía intentaba despejar a los manifestantes que se encontraban afuera lanzando gases lacrimógenos.

A pesar del toque de queda impuesto en Washington D.C., personas continuaron las violentas protestas por la muerte de George Floyd en Minneapolis por abuso policial

Cuando aún se estaban limpiando los escombros de los disturbios del día anterior, con algunos hechos de violencia y delincuencia aislados durante manifestaciones pacíficas en gran medida provocadas por los homicidios de afroamericanos a manos de la Policía, el domingo EE.UU. volvió a estar envuelto en una serie de protestas.

Desde Boston hasta San Francisco, indignados por la muerte del afroamericano George Floyd el lunes a manos de un agente blanco volvieron a salir a las calles.

Algunas ciudades cerraron las calles e impusieron toques de queda tras días de agitación. La gente saqueó tiendas a plena luz del día en Filadelfia y Santa Mónica, y un camión cisterna embistió a una multitud que bloqueó una carretera en Mineápolis. Los manifestantes se subieron al camión, y la Policía acudió para despejar la carretera.

Las protestas rápidamente se extendieron por todo el país, registrándose en decenas de ciudades. Policías y manifestantes pacíficos por igual exhortaron a poner fin a la violencia, asegurando que únicamente perjudica a la causa y obstaculiza las exigencias para que se haga justicia y se apliquen reformas.

La escala de las protestas, de costa a costa y en una sola noche, rivaliza con las manifestaciones históricas que se registraron en las épocas de la lucha por los derechos civiles y la guerra de Vietnam.

Alrededor de 5.000 elementos de la Guardia Nacional se desplegaron en 15 estados y en la capital, y al menos 40 ciudades, además de Washington D.C., impusieron toques de queda en respuesta a los brotes de violencia, mientras en Arizona, Texas y Virginia se decretó el estado de emergencia para autorizar una respuesta más eficaz y potente.

Para comprender mejor la escala de las protestas, a continuación está la lista de los estados donde está en vigor el toque de queda:

• Arizona (toque de queda en todo el territorio decretado por una semana)
• California (en el condado de Los Ángeles, San Francisco, Beverly Hills, Santa Mónica, West Hollywood, San José)
• Colorado (Denver)
• Distrito de Columbia
• Florida (Miami, condado de Orange, Jacksonville, Orlando)
• Georgia (Atlanta)
• Illinois (Chicago)
• Indiana (Indianapolis)
• Kentucky (Louisville)
• Míchigan (Detroit)
• Minesota (Mineápolis, Saint Paul)
• Misuri (Kansas City)
• Nueva Jersey (Atlantic City)
• Nueva York (Rochester)
• Ohio (Cincinnati, Cleveland, Columbus, Dayton, Toledo)
• Oregón (Portland, Eugene)
• Pensilvania (Filadelfia, Pittsburgh)
• Carolina del Sur (Charleston, Columbia, Myrtle Beach)
• Tennessee (Nashville)
• Texas (Dallas, San Antonio)
• Utah (Salt Lake City)
• Virginia (Richmond)
• Washington (Seattle)
• Wisconsin (Milwaukee, Madison)

La Mesa (California, EE.UU.), 31 de mayo de 2020.Gregory Bull / AP
En Mineápolis, policías locales, estatales y miembros de la Guardia Nacional tomaron las calles poco después de que entrara en vigor el toque de queda a las 20:00 del sábado (hora local) para dispersar a los congregados. El despliegue de fuerza se efectuó después de tres días en que la Policía evitó, en la mayor parte, enfrentamientos con los manifestantes, y después de que el estado ordenara el despliegue de más de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional en la ciudad. Las autoridades informaron que la cifra aumentaría a casi 11.000.

El presidente Donald Trump pareció aplaudir las tácticas más estrictas, encomiando el despliegue de la Guardia Nacional en Mineápolis, y señaló que a la Policía de la ciudad de Nueva York «se le debe permitir hacer su trabajo».

La indignación por el racismo que desembocó en disturbios, saqueos y vandalismo se sumó a una serie de muertes recientes que avivaron el descontento.

Tres meses antes del fallecimiento de Floyd, Ahmaud Arbery fue asesinado a tiros mientras trotaba por un vecindario de Georgia. Un padre y su hijo, ambos de raza blanca, enfrentan cargos en ese caso.

Un mes antes del homicidio de Arbery, policías antinarcóticos de Louisville (Kentucky) le dispararon en ocho ocasiones a la trabajadora de emergencias médicas Breonna Taylor en la puerta de su casa. No se encontraron drogas en su residencia.

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