Secretos de las relaciones globales de Santo Domingo Este
Por Ramón Peralta Reyes
Estoy escribiendo un libro sobre las relaciones internacionales de Santo Domingo Este, que planeo publicar en agosto de 2025. En este trabajo, explora cómo un municipio joven, que originalmente era parte de un barrio de la capital, intenta internacionalizarse sin siquiera contar con una identidad propia en términos de su nombre.
En esta obra, el lector podrá comprender la estrecha relación entre los negocios internacionales y la ciencia política, ya que una decisión política local puede tener un impacto a nivel mundial. Incluso una simple ordenanza de un concejo de regidores o una decisión administrativa de un alcalde puede comprometer al país a nivel global.
En este trabajo, se examinan documentos históricos, como las actas de las sesiones del concejo de regidores, acuerdos internacionales y la participación de la diplomacia urbana de la Cancillería. También se analiza la relación con países asiáticos como Japón, Vietnam y China, así como la visión de un alcalde que priorizó establecer vínculos con ciudades extranjeras que cuentan con altas concentraciones de población de origen dominicano.
La estructura del libro utiliza narraciones de historias cotidianas de manera entretenida. Mi estilo no es el de un ensayo tradicional que pueda resultar aburrido, sino que busca sumergir al lector en el tema, casi como si estuviera frente a la película de Los viajes de Gulliver o compartiendo en la isla misteriosa de Julio Verne.
El libro narra los primeros 22 años de un municipio sin nombre que, a partir de 2006, decidió darse a conocer más allá de lo local e inició un interesante programa de promoción como ciudad, más allá de las fronteras nacionales.
El libro pone énfasis en que este barrio sin nombre, que no contaba ni cuenta con identidad como ciudad, tenía la particularidad de que su nombre genérico daba la impresión de ser solo una zona oriental del Distrito Nacional o un simple barrio del este de la ciudad de Santo Domingo. El alcalde que asumió en 2020, un estudioso de las ciencias sociales, la cultura y la identidad de los pueblos, quiso darle un nombre a la ciudad como un sello distintivo propio. Sin embargo, nadie se atrevió siquiera a proponerlo en el Congreso. En busca de motivación, escribió y musicalizó el himno a la Ciudad Trinitaria, una canción que, interpretada por el coro del ayuntamiento en cada evento, lograba que todos los que la escuchaban se sintieran orgullosos y comenzaran a identificarla como el himno de la ciudad.
Esta obra relata algunos acontecimientos históricos del siglo XIX, como el movimiento La Trinitaria, fundado por Juan Pablo Duarte y otros ocho patriotas en la casa de Chepita Pérez de la Paz. Este movimiento fue ideado con el objetivo de liberar la República Dominicana del yugo haitiano y de cualquier dominación extranjera. El nombre de Ciudad Trinitaria, que iba a otorgar identidad a nuestra ciudad, también sería el más oportuno en un momento histórico como el que estamos viviendo, donde estamos sufriendo la mayor invasión demográfica, en términos relativos, de cualquier otro país del mundo. Ningún país en el planeta permite que los nacimientos de extranjeros en sus maternidades representen casi la mitad de los nacimientos nacionales.
Un país amenazado por perder su soberanía desechó el nombre Trinitaria, que es el movimiento que originó nuestra libertad.
Si deseamos ser fuertes a nivel internacional, primero debemos tener una identidad local. El sello más fuerte que caracteriza a un individuo, una ciudad o un país es un nombre propio.
El libro resalta cómo Santo Domingo Este, un barrio sin nombre, continua avanzando en el fortalecimiento de sus relaciones internacionales. A pesar de la preocupación del anterior alcalde por darle un nombre a la ciudad y la falta de comprensión por parte de los concejales sobre la importancia histórica de aprobar, al menos, un himno para la ciudad, se propuso un hermanamiento entre el municipio de Santo Domingo Este (República Dominicana) y la ciudad de San Juan (Puerto Rico), con el fin de generar una serie de beneficios para ambas ciudades en diversas áreas, dadas su proximidad cultural, histórica y geográfica.
Santo Domingo Este y San Juan comparten una rica herencia cultural caribeña e hispana, lo que podría potenciar el intercambio cultural entre ambas ciudades. Esto incluiría actividades artísticas, exposiciones, conciertos, festivales de cine, gastronomía y otros eventos que reflejan sus tradiciones, música, arte, folklore comunes y turismo reciproco.
La visión de ese acuerdo de hermanamiento y cooperación dejó un capítulo abierto para el desarrollo futuro de acuerdos comerciales, facilitando el intercambio de bienes y servicios, la creación de redes comerciales entre empresas locales e incluso la atracción de inversiones en sectores clave como el turismo, la tecnología, la agroindustria y las infraestructuras.
Las universidades y centros de investigación de ambas ciudades podrían colaborar en áreas de investigación y desarrollo en temas de interés mutuo, como el cambio climático, la salud pública, la tecnología, la historia, el arte y la cultura caribeña.
En este artículo explicamos algunos de los motivos para un acercamiento con San Juan, Puerto Rico. También adelantamos que en el libro se plantean soluciones duraderas para asegurar que el comercio y las relaciones internacionales de la ciudad sin nombre tengan un futuro prometedor.
La obra presenta relatos con finales inesperados que mantienen el hilo conductor entre la parte lúdica y el análisis científico del tema.
En la obra, presentamos nuestra tesis sobre cómo convertir los hermanamientos de ciudades en una vía para que los descendientes de emisores de remesas se conviertan, a mediano y largo plazo, en la principal fuente de inversión extranjera y al mismo tiempo que la herencia cultural dominicana se mantenga viva en todos los rincones del planeta.