25 y 11 de septiembre: conmemoración de tres horribles efemérides

Por Juan López

Tres horribles efemérides se registran en las historias de la R. Dominicana (RD), Chile y EE.UU acaecidas  en el mes de septiembre:

  1. a) El nefasto derrocamiento político-militar del legítimo gobierno democrático del profesor Juan Bosch, 25 de septiembre de 1963.
  2. b) El tremebundo  golpe de Estado y vil asesinato del Presidente Salvador Allende, en Chile, 11 de septiembre de 1973.
  3. c) La fatídica  acción terrorista que derrumbó las torres gemelas de New York, produjo daños al edificio del pentágono y pretendía afectar la Casa Blanca de los EE.UU,  11 de septiembre del 2001.

Después de superar la tenebrosa y criminal tiranía de Trujillo,  el pueblo dominicano realizó sus primeras elecciones libres (20 de diciembre de 1962), en las que escogió al Prof.  Juan Bosch como presidente de la RD. Ese gobierno, en forma  democrática e institucional,  respetando  las libertades y derechos humanos estaba creando condiciones apropiadas para el desarrollo económico de la RD.

El espurio contubernio de la oligarquía criolla con un sector de la iglesia y el padrinazgo de EE.UU. tronchó esa positiva experiencia democrática que empezaban a disfrutar los dominicanos porque, a los 7 meses de su juramentación, se materializó (25 septiembre de 1963) el horrible golpe de Estado al gobierno constitucional  del Prof. Bosch, cuyas principales consecuencias directas fueron la “Guerra Patria de Abril” y la segunda invasión  militar norteamericana en la RD, lamentables episodios del 24 y 28 de abril de 1965.

Exactamente, diez años después del golpe de Estado al Prof. Bosch, el pueblo chileno fue víctima de una  acción similar. Por eso, este 11 de septiembre, en Chile, se conmemora el 47 aniversario que los gorilas militares liderados por el general Augusto Pinochet, también con el evidente padrinazgo de EE.UU., asestaron un horrible y sangriento golpe de Estado (en 1973), segando las vidas del legítimo y constitucional Presidente Salvador Allende y de miles de indefensos chilenos.

Durante los 17 años de la dictadura del gorila Pinochet (1973-1990) fue una oprobiosa pesadilla que padeció el noble pueblo chileno la que, gracias a su arrojo y anhelos democráticos, pudo finiquitar y  retomar el camino de vivir en democracia, con libertades y respeto a los derechos humanos para  proseguir en la consecución del desarrollo económico,  la paz política y bienestar social.

En este 11 de septiembre también se conmemoró el 19 aniversario de la horrible acción  terrorista que, el 2001, provocó el derrumbe de las simbólicas torres gemelas de New York  y al mismo tiempo se proponía acciones complementarias y suicidas para  afectar los edificios del Pentágono  y la Casa Blanca de los EE.UU.

Esa sangrienta y condenable acción terrorista produjo cuantiosos daños materiales en los EE.UU., miles de muertos de indefensos ciudadanos y tuvo un  histórico impacto a nivel mundial que trastornó, en forma radical, todo lo relacionado con la seguridad ciudadana, el modo operandi de los viajes aéreos y las relaciones diplomáticas y comerciales entre varias naciones.  Esos tres horribles episodios, acaecidos en septiembre, obligan al liderazgo político latinoamericano y de EE.UU. a profundizar en la identificación de los errores y debilidades que facilitaron a sus protagonistas las   ejecuciones de tan perversas acciones.

Esta reflexión se inscribe en ese propósito y para llamar la atención sobre esas tres horripilantes efemérides y sus dañinas consecuencias, a los fines de que sean visualizadas como lecciones políticas para que nuestros gobiernos y las presentes futuras generaciones procedan a construir un muro pletórico de civismo y patriotismo para que ¡Nunca jamás se puedan repetir!

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